Todo va bien en el mejor de los mundos. Los Estados Unidos acaban de ganar la carrera espacial poniendo un pie en la luna y el país está en la cumbre de su gran sueño capitalista. Ninguna sombra parece ser capaz de empañar el lustre del águila americana. Nada hasta que una increíble noticia cae en todos los teletipos del planeta: Rusia acaba de instalar una base espacial en la luna y desafían abiertamente el poder tambaleante de los Estados Unidos. Eso es demasiado para Henry Trixón, el más americano de todos los presidentes que el país haya conocido nunca. En el último momento, decide cancelar la famosa misión Balthasar que debía llevar al hombre rumbo a Marte, ir sin tardar en la luna para aplastar de una vez por todas el orgullo soviético y resucitar el brillo decadente del imperio americano. Para ello cuenta con la soltura e inteligencia de nuestros dos héroes: Astucia Laperla y su inseparable Cheryl Byebye, miembros de la misión Balthasar e intrépidos aventureros de toda la vida. Pero la tarea será más que ardua para nuestros dos amigos porque está a punto de desencadenarse una avalancha de catástrofes que llevarán nuestro planeta hasta un colapso sin precedentes."
En construcción, un cómic que se construye a medida que se va leyendo y que se coloca entre las obras más sugerentes de Stygryt. El Dios de la creación absoluta se aburre, se ha cansado de tantos esfuerzos y quiere descansar, lo que no es tarea fácil. Entre todas sus creaciones, elige a un caballito sin pretensiones para reemplazarlo en su arduo cometido. ¿Por qué optar por una ingenua criatura? Solo Dios lo sabe, que no es poco. Lo cierto es que nuestro héroe se enfrenta a un inconmensurable reto. Nunca se había planteado tamaña actividad creativa, y aún menos la de reemplazar en la cima de la creatividad a la Divinidad que lo ha concebido absolutamente todo. Galardonada con el I Premio de Novela Gráfica Ajuntament de Paterna, el volumen se completa con un artículo de Álvaro Pons y una entrevista a Stygryt.
Un día, hubo un verano en nuestra vida. Un verano de sol, de color, embrujado por perfumes exuberantes y secos, un verano de colinas, de riachuelos, de castillos mágicos y de juegos sin fin, donde el día se confundía con la noche, donde la luna se enamoraba de las estrellas. Este verano es el de nuestra infancia, un momento de esplendor escondido en nuestra memoria, donde el amor y la vida perduran para siempre.